Raphael - Yo soy aquel. (Eurovisión 1966)
Raphael - Yo soy aquel. (Eurovisión 1966)
Nació en la localidad de Linares, Jaén, el 5 de mayo de 1943, otras biografías dan como fecha 1945. Hijo de una familia humilde que emigró a Madrid en los años cuarenta, es a día de hoy uno de nuestros artistas más idolatrados en música ligera. Fue el primer español que abrió las puertas del fenómeno fan en España y Lationoamérica. Es uno de los eurovisivos más geniales. Estuvo en los Festivales de Eurovisión de 1966 y 1967 con canciones que forman parte de la historia musical de nuestro país Yo soy aquel y Hablemos del amor del maestro Manuel Alejandro. Su vida está llena de éxitos, altibajos artísticos, momentos personales muy duros, y otros gloriosos. Se ha dicho de él "que cambió las reglas del markéting en España, fue predecesor de otros como Camilo Sesto, Dyango o Nino Bravo". También se le adjetiva como "histriónico, afectado y vehemente, rebasando la sobreactuación"... Es tan difícil describirle, sólo con verle sabemos que Raphael es un genio en su estilo, un actor de la canción, todo corazón y sentimiento. Según su primer mánager, Paco Gordillo, "a Raphael o le tiran tomates o le sacan a hombros, no hay término medio", según unas declaraciones que hizo para el Canal 13 de Chile en un documental sobre su vida.
Rafael Miguel Martos Sánchez es el tercer hijo de Francisco Martos y Rafaela Sánchez. De familia modesta, en sus inicios tuvieron muchas dificultades para salir adelante en la España de la posguerra. La miseria que padecía nuestro país y las carencias tras el desastre, en una década oscura y siniestra, movió a familias por la piel de toro, y algunos fuera de ella. A los pocos meses después de nacer el pequeño Rafael la familia se traslada a vivir a Madrid. Eran el matrimonio y cuatro niños, Francisco y Juan, mayores que Rafael y José Manuel, el pequeño. El padre trabajó como obrero ferrallista y en la construcción. Mientras su madre era ama de casa. Rafael recuerda a su madre cantando, que además lo hacía muy bien según cuenta, y eso al pequeño "Falín", cómo le llamaban en familia, se le quedó en la mente formando parte de sus juegos. Cantaba cuando tenía la mínima ocasión y lo hacía bien desde pequeño, pero en casa no había medios para que "El Niño", como se le llamó también familiarmente, pudiese estudiar canto.
La primera oportunidad que tuvo para cantar fue el coro de la Iglesia de San Antonio en Madrid como voz primera, con tan sólo cinco años, y de ahí sus estudios posteriores en dicha escolanía de capuchinos. Ya de pequeño era un chico hiperactivo y movido, bastante travieso como afirman algunos. Los profesores le reñían mucho por sus travesuras, siendo expulsado alguna que otra vez y readmitido de nuevo.
Con nueve años viaja a Salzburgo (Austria) con el colegio e interviene en un festival de coros religiosos ganando el primer premio como mejor cantante infantil de Europa, reconocido ya como niño prodigio. Seguidamente entra en la Academia musical del maestro Francisco Gordillo. Después, su hijo Paco, será su mánager y el que le lanzará al estrellato a parte de uno de sus mejores amigos.
Un año crucial en la vida de Raphael fue 1962. Con 19 años lanza sus primeros trabajos discográficos. Con los títulos Te voy a contar mi vida, A pesar de todo, Cada cual, Inmensidad y Llevan tendrá un éxito de ventas, gracias a la buena promoción de la Casa Philips y a que con el tema Llevan de Ángel Llorente y Armando Reguero vence en el IV Festival de la Canción de Benidorm de 1962. Pero no sólo obtiene el primer lugar, sino el segundo con Quisiera, el tercero con Cada cual, el quinto con A pesar de todo, el octavo con No y el noveno con Lazarillo. Osea, arrasa en la gala, y deja boquiabiertos no sólo al público, sino a la crítica musical y a los jurados que lo califican como éxito prodigioso. Ese año decide cambiar, por consejo de su mánager, el nombre de Rafael por el de Raphael, tomándolo de la "ph" que lleva el nombre de la casa discográfica Philips y haciéndolo más internacional a poder pronunciarse tanto en inglés como en francés o alemán.
Irrumpe el servicio militar justo ese año también por lo cual debe hacer un pequeño margen en su incipiente carrera. Cuando sus mandos le escucharon cantar, los permisos no eran un problema para "El Niño" pudiendo así poder compaginar el la mili con su labor como artista. Hace un pequeño papel en la película Las gemelas donde canta un par de canciones, Bailando twist y Te voy a contar mi vida. En 1963 firma por la discográfica francesa Barclay, pero dura poco el contrato y ese mismo año pasa a Hispavox donde recogerá sus grandes éxitos.
Pero su eclosión artística llega el 3 de noviembre de 1965 cuando hace un recital en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, aprovechando un descanso que por aquellos días hacía Antonio "el Balilarín" y su ballet. Era la primera que un cantante no lírico, de música ligera, hacía un recital en ese escenario y fue apoteósico. Los que le vieron en directo, incluida la crítica, aseguraron que su voz era majestuosa y su peculiar forma de interpretar no iba a dejar indiferente a nadie. El éxito fue más que sonado. Esa Navidad consigue un récord de superventas con el tema El Tamborilero, siendo el disco más vendido de la discografía española en menos tiempo, batió récords. Se agotó de las tiendas y fue reeditado infinidad de veces. Será un clásico de las navidades españolas, y un megaéxito en todo el Mundo en los años siguientes. Hubo varias versiones anteriores del tema, una de Frank Sinatra y otra de Bing Crosby y hasta de la Familia Trapp. Esta canción es de origen checo, y traducida al inglés libremente por Katherine Davis en 1941, popularizada en la década de los cincuenta. Pero será Raphael el primer artista que la versione en español haciéndola conocida en Hispanoamérica y nuestro país, por supuesto.
Raphael empezó a traspasar fronteras antes de ir a Eurovisión. Televisión Española le escoge directamente para representar a nuestro país en el XI Festival de la Canción de Eurovisión. El tema de Manuel Alejandro Yo soy aquel será un de los temas más identificativos del artista, un espaldarazo total a nivel mundial. Raphael, Alejandro y el maestro Ibarbia viajan a Luxemburgo. La gala tuvo lugar el 5 de marzo de 1966. Competían 18 países, algunos con grandes estrellas como el italiano Domenico Modugno por Italia, Udo Jürgens por Austria, que fue el ganador, la francesa Michèle Torr por Luxemburgo, una joven Åse Kleveland por Noruega, o la sueca Lill Lindfors con Svante Thuresson por Suecia, muy conocidos en su países. Con todo fue un año donde hubo poca calidad en cuanto a canciones en comparación a los tres años anteriores. Parecía que España lo tenía fácil y estaba entre los favoritos para obtener la victoria. No hubo suerte ya que sólo recibió votos de los jurados de Yugoslavia 1, Portugal 5 -los mismos que nuestro jurado dio a la representación portuguesa- y el Reino Unido 3, nueve en total y el séptimo lugar.
Tras el Festival de 1966 Raphael dijo en titular para Lecturas "El Festival está muerto" considerando que su tema fue tratado injustamente ya que siendo favorito y habiendo hecho el directo que hizo, quedase por detrás de países con temas más mediocres. Le preguntaron qué opinaba del Festival y dijo: "que el Festival está muerto. Si no cambia el procedimiento le queda, a lo sumo, un año de vida. Es una auténtica guerra fría". Raphael pensó, que según los ensayos y la crítica o ganaba él o como pasó, Austria con Udo Jürgens, pero nunca pensó que quedaría en un puesto tan mediocre. El diario francés Le Figaró calificó el show como "la venganza de los vinkingos", por el segundo puesto de Suecia y el tercero de Noruega con temas bastante "raros" y poco pegadizos, además de una calidad más que discutible. Y más teniendo el cuenta la posición alcanzada ese año por todo el área mediterránea, incluida Francia, Mónaco e Italia que quedaron en el vagón de cola, los titulares en muchos países estaban en contra de un sistema de votación tan poco equitativo, 1, 3 o 5, sólo pudiéndose votar a tres canciones.
Pero al año siguiente y repitiendo autor y director de orquesta, Raphael volvió a la XII Edición de Eurovisión que se celebraba en Viena el 8 de abril de 1967, con el tema Hablemos del amor obteniendo los mismos puntos que en 1966, nueve, gracias a los votos de Holanda, Luxemburgo, Austria, Bélgica y Yugoslavia, con un punto cada uno, y dos votos de Portugal y Mónaco respectivamente, con lo que se coloca sexto en el marcador. Un marcador en el que arrasa la británica Sandie Shaw con con Marionetas en la cuerda - Puppet on a string - con 47 votos, dejando en sombrío segundo lugar al irlandés Sean Dunphy con 22 votos. Ganaba lo festivalero y entrábamos en una nueva era del Certamen, donde la balada con garra y brío de nuestro Raphael no surtió efecto. En 1968 los derroteros irán fortuitamente por otro lado para nuestra delegación, pero esa es ya otra historia. Raphael siempre dijo, en declaraciones posteriores "que hasta que no vaya al Festival una canción que diga fa, fa, fa, o fu, fu, fu o la, la, la, nunca ganaremos por lo que el idioma nos distancia del los europeos". ¿Fue un vaticinio? lo cierto es que acertó porque todos sabemos que con un La, la, la ganamos en 1968.
Tras el affair Viena '67, Raphael dijo en declaraciones para Lecturas en abril de ese año "Creo que soy un vencedor moral" añadiendo "que su canción debió quedar en segundo lugar ya que además recibí la mayor ovación de la noche". Dijo "que algo había en contra de Alemania y España, dos canciones que debieron quedar mejor". Alemania llevó a Inge Bruck con "Anouschka" y quedó octava.
La cuestión es que Raphael dio carpetazo al tema eurovisivo, ahora en serio, para dedicarse de lleno a sus giras por el Mundo. Los contratos le llovían, y en contra de que hubiese podido ser perjudicial para su carrera el paso por Eurovisión al no ganar, le benefició porque se dio a conocer en Europa e incrementó su fama en América. En el verano de 1967 parte a las Américas y hace gira en Brasil, Argentina, Perú, México y acaba en el Madison Square Garden de Nueva York. Además fue invitado por la televisión francesa para el show Palmaré des Chansons en 1966, siendo uno de los primeros cantantes extranjeros invitados a ese programa. Gustó mucho en Francia por esa fuerza interpretativa, muy familiar también en los cantantes de ese país. En Chile se hace ídolo de masas en su primer viaje a ese país en 1968. Según cuentan las crónicas, las fans le hubiesen despedazado nada más bajar del avión de tanto como le idolatraban. Provocó tumultos considerables según cuenta Marcos Hibermann, el promotor de esa gira por Chile. Volvió en 1969 con el mismo éxito de público y crítica.
En medio de los Festivales, su incursión en el cine es más que exitosa. Se dio a conocer en todo el mundo, muy popular sobre todo en Europa del Este, abriéndole las puertas a esos mercados. Protagonizó las películas Cuando tú no estás 1966 y Al ponerse el sol en 1967 dirigidas por Mario Camus. Como tenía tantas fans, las colas en las salas eran kilométricas. Aunque con los años se verá que su camino no iría por el cine, a pesar de su expresividad escénica, la gran pantalla nunca fue su fuerte. Aprovechó el tirón del éxito para hacer como tantos otros cantantes de la época, alguna película. En 1968 rueda el film de Camus, Digan lo que digan sobre una idea de Antonio Gala entre otros autores, en coproducción con Argentina. Ese año bajo la dirección de Vicente Escrivá hace El golfo en coproducción con México. Allí conoció a la actriz Ava Gardner y algunos medios, como las portadas de la revista Semana hablaron de idilio, confesando él en sus memorias "Cada uno es dueño de imaginar cuanto quiera, y lo cierto es que aquello entre la Gardner y yo superaba las fronteras de una simple amistad".
Hacía una película por año. En 1969 rueda El ángel y en 1970 Sin un adiós dirigidas por Escrivá, la última en coproducción con el Reino Unido. Después de esto aparcará un poco el tema del cine para dedicarse a la canción íntegramente. Hará sólo dos films más, en 1973 Volveré a nacer de Javier Aguirre y en 1981 bajo producción argentina Ritmo, amor y primavera de Enrique Carreras, donde sólo sale en una escena y cantando la canción Gracias. Temas como Yo soy aquel, Yo no tengo a nadie, Llorona, Hablemos del amor, Balada triste de trompeta, Cierro mis ojos, Al ponerse el sol, Sandunga o Mi gran noche se hacen muy populares entre 1966 y 1967, imprescindibles en sus galas.
Hace el show El Mundo de Raphael para televisión española y cada Nochebuena aparecía con su popular El Tamborilero. Traspasa fronteras al aparecer el 25 de octubre de 1970 en el famoso programa de la CBS norteamericana El show de Ed Sullivan, donde iban los cantantes y artistas más famosos de aquellos años. Fue un éxito total. Cantó en español, italiano e inglés temas de su repertorio y versiones de otros cantantes. Gustó tanto, que le llamaron para aparecer de nuevo el dicho espectáculo. Su fama llega a Europa del Este, Israel, Próximo Oriente, Australia y Japón. Por aquellos años sólo pasaba dos meses en España, los demás estaba de gira por el Mundo triunfando como ídolo de masas. Cantó en el Madison Square Garden de Nueva York ante 20.000 personas. Las críticas en los Estados Unidos son estupendas.
Su noviazgo con Natalia Figueroa comienza en junio de 1968 cuando se conocen en una entrega de premios en el Teatro de la Zarzuela. Él recogía un premio que ella le entregaba. Al principio, según cuentan algunos amigos como el humorista Pedro Ruíz, "la periodista y el artista no se soportaban", es decir, se cayeron fatal. Pero los polos opuestos se atraen y se harían inseparables en los cuatro años de noviazgo y después serán uno de los matrimonios más sólidos del artisteo. Natalia Figueroa es hija del Marqués de Santo Floro, Agustín de Figueroa y Gamboa, al que no le caía bien la relación de su hija con el cantante, según se cuenta en el comentado documental del Canal 13 chileno sobre la vida del artista. La noble familia de la periodista estaba totalmente en contra de la unión por puro clasismo, teniendo en cuenta la procedencia humilde del cantante. Allí se comenta, que un día hizo una visita al Marqués y Raphael tuvo una larga conversación con su futuro suegro que hizo que naciese una gran amistad entre los dos, lo que dio puerta abierta la matrimonio que tuvo lugar en Venecia el 14 de julio de 1972 en la iglesia de San Zacarías. Se casaron en Italia para evitar el acoso mediático al que se vieron sometidos durante los cuatro años de tormentoso noviazgo. De esta unión nacen tres hijos, Jacobo en 1973, Alejandra en 1974 y Manuel en 1978, este último que también ha seguido la profesión del padre, siendo cantante del grupo MOTA. Raphael siempre ha sido un padre devoto a sus hijos declarando que "han sido sus mejores conciertos". También ese año funda su propia productora, Zzelesta, pero duró poco, volviendo a su casa de siempre, Hispavox y también firmar por Parnaso Records.
Su vida íntima y profesional estaba en la cúspide a inicios de los setenta. No se podía pedir más. Pero la tenacidad con la que se dedicaba a su profesión, la gran cantidad de conciertos que hacía al año y un sin fin de galas, hizo que la voz del cantante se viese perjudicada y en 1971, cuando iba a hacer uno de sus directos, justo al empezar a cantar se quedó sin voz y no pudo articular ni una sola nota con el teatro a rebosar. Se comenta que el teatro entero, sus seguidores lloraban al ver a su ídolo tan abatido ante la tensa situación. Estuvo dos meses sin poder hablar ni cantar, en reposo absoluto por recomendación médica. Pero después del descanso volvió con energías renovadas a lo largo de la segunda mitad de los setenta. Triunfó en su gira en Rusia, siendo apoteósico su éxito en Moscú.
Pero también fueron años más duros porque la figura de Raphael empezó a tener síntomas de desgaste, muy criticado por la prensa y algunos críticos que le acusaban, una vez llegada la democracia en 1978, que era "un cantante del Régimen". Tuvo que salir al paso, aguantó tomatazos en conciertos, como en Albacete en 1977. Todo era originado según cuentan por la controvertida película documental que realizó Antonio Isasi-Isasmendi sobre su vida a largo de tres meses en 1975, titulada Rafael en Raphael, rodada entre Tokyo, Moscú, Nueva York, Leningrado (actual San Petersburgo), Madrid y Barcelona. Allí están las declaraciones de amigos del cantante, como Massiel, Manuel Benítez "el Cordobés", Manuel Alejandro o Mario Camus. Los comentarios vertidos por alguno, como el Cordobés, rozan el mal gusto y Raphael en pleno estreno abandona la sala y deja de dirigirle la palabra durante años. Comentó el artista "que este documental le había hecho perder dinero, amigos y categoría profesional".
Raphael tendrá que reinventarse en la década siguiente. Las nuevas tendencias musicales apretaban fuerte, y el ídolo de año atrás comenzó a ser el artista más imitado por los humoristas de nuestro país. De él hicieron parodia casi todos, Fernando Esteso, Andrés Pajares, Pedro Ruíz, Martes y Trece y Cruz y Raya. Era un continuo. Se habló de su ambigüedad sexual durante muchos años, algo que fue acallando conforme veían que su relación de pareja con Natalia iba como la espuma. Nunca mostraron atisbo de escándalos procurando separar lo íntimo de lo público, aunque tuvo que hacer varias declaraciones a la prensa a finales de los setenta negando que fuese homosexual, tal y como afirmaban muchos críticos de su estilo tan amanerado.
En 1978 hace una telenovela de 13 capítulos en México que se vio también en Perú y Chile, Donde termina el camino. Sigue con sus galas y el inicio de una competencia feroz que algunos tacharon de enemistad, entre él y el también eurovisivo Julio Iglesias. Las declaraciones en prensa y en entrevistas en televisión en 1987 eran duras por ambas partes. La rivalidad era carnaza periodística, más alimentada por los medios que por los propios protagonistas, aunque según prensa de febrero de ese año llegaron a insultarse mutuamente y estuvieron muchos años sin dirigirse la palabra. Se vuelven a hablar en el concierto homenaje que hicieron en Miami a Lola Flores en 1990 y donde estaban ambos artistas, entre otros invitados.
Los años ochenta fueron el resurgir del cantante gracias a temas de Manuel Alejandro como Qué sabe nadie, una afirmación clara y evidente de su forma de ser y es número uno en 78 países, es el himno de las actuaciones de Raphael. Otros títulos fueron bombas discográficas como Qué tal te van sin mí, Como yo te amo que también hizo su propia versión Rocío Jurado, Estar enamorado o En carne viva. En 1984 gracias a las composiciones de otro gran músico, José Luís Perales, como Ámame, Estoy llorando hoy por ti o Yo sigo siendo aquel, inicia otra época dorada. Fueron años gloriosos ya que en enero de 1982 recibe el Disco de Uranio por su trabajo Raphael: ayer, hoy y siempre, donde se recopilaban sus grandes éxitos. Vendió 50 millones de copias en toda su carrera todo un récord difícil de superar. El disco de Uranio tuvo que ser creado para él precisamente porque traspasó el oro y el platino, superándose a sí mismo. A día de hoy sigue siendo el único concedido a un artista español.
Después tiene contrato con la casa discográfica Columbia hoy Sony Music, donde vende millones de discos con las canciones escritas por Roberto Livi como Toco madera, Maravilloso corazón o Escándalo de Willy Chirino. A finales de los noventa tras pasar por la discográfica PolyGram, regresa a EMI.
Una de las espinitas de Raphael, con final feliz, fue su relación con otro Festival Internacional de la Canción, Viña del Mar (Chile). En 1982 fue artista invitado en el Evento y gana una Antorcha de Plata con En carne viva. Repite en 1987 y tampoco le dan la Gaviota de Plata, a pesar de que el mismo público la pedía a gritos en la platea de la Quinta Vergara. Pero la Gaviota era para los que participaban en el Concurso, y Raphael era artista invitado. El público y el mismo cantante no lo veían así y hubo un cierto momento tenso cuando estuvo diez minutos en el escenario con ovación de los presentes, incredulidad de los presentadores y perplejidad del artista que decía "quiero más"... no le bastaban con dos Antorchas. Raphael se fue muy enfadado a pesar que se llevó dos Antorchas de Plata. No lo vio suficiente y por fin en 2005 recibe la codiciada Gaviota, llegando a declarar "que ya era hora después de 18 años persiguiéndola".
Su vida familiar se vio afectada a mitad de los ochenta al morir de cáncer su padre en diciembre de 1985 y su madre poco después, en junio de 1987. Fue un duro golpe para el artista, pero no interrumpió sus actuaciones por los duelos, aunque sí declaró "que no sólo los niños sentían la sensación de orfandad, sino también los mayores, como le había pasado a él".
En lo profesional no se podía estar más enérgico, pero en cuanto a salud se trata, en 1985 empezaron sus problemas hepáticos que se irían agravando con el tiempo hasta llegar a ser necesario un trasplante de urgencia en 2003. Sin dejar de trabajar batalló con sus problemas de salud. Hubo cierto desgaste que se vio patente entre 1991 y 1992. Su delgadez y su aspecto llegó hacer que saltasen las primeras alarmas y en la prensa, sobre todo sudamericana, se rumoreó que el artista padecía SIDA, después se habló de una enfermedad de tiroides por los continuos cambios de peso. En 1998 publica la primera parte de sus memorias ¿Y mañana qué?, que va desde su niñez a su boda en 1972.
Un accidente estuvo a punto de acabar con la vida del cantante en octubre de 1994 cuando en un concierto que daba en Barcelona sufrió una descarga eléctrica con el micrófono que le provocó hasta tres infartos seguidos. Tuvo que ser reanimado en el mismo teatro y cuando se recuperó salió a cantar con el brazo vendado por las quemaduras de la descarga. Siguió haciendo galas en televisión y giras, como la que realizó a Rusia en 1997, para reencontrarse con aquel público, ahora también los hijos y hasta los nietos, de su fans de los sesenta en ese país, donde siempre le han adorado y donde se dio a conocer gracias a aquellas películas que hizo siendo joven.
El 2000 lo inicia con el teatro protagonizando el rol de Dr. Jekyll y Mr. Hyde durante siete meses en cartel. Su salud ya empieza a resentirse seriamente y en 2002, estando con dicha obra en Barcelona, le diagnostican un cáncer de hígado por el cual si no recibe un trasplante en poco tiempo le quedaban meses de vida. Fue como una losa para él, pero también para su familia y amigos que veían que se iba en poco tiempo si no había un remedio pronto. Se hizo pruebas se compatibilidad hasta con 48 personas, familiares, amigos e incluso desconocidos. La única compatible era su hija, que por entonces estaba embarazada y no podía someterse a una intervención quirúrgica de esa envergadura. Quedaba poco tiempo y los momentos fueron tensos cuando tuvo que ser ingresado en estado muy grave. Según su amigo Pedro Ruíz, "fue perseguido hasta la indignidad por la prensa" precisamente en unos días muy críticos. Su esposa e hijos lo llevaron con valentía y elegancia y supieron torear al vendaval del amarillismo. En abril de 2003 llega el ansiado trasplante gracias a un donante fallecido. La operación fue un éxito y se recuperó enseguida. Tras el reposo vino la reaparición y el inicio de una "segunda vida" como dijo el artista. Vuelve al Teatro de la Zarzuela el 25 de septiembre de 2003 con un éxito clamoroso en el reencuentro con su público. Dijeron que su voz se había rejuvenecido, estaba como nuevo y a partir de ahí, además de dedicarse con fervor a su trabajo, también lo hizo a la causa en contra del cáncer y en pro de la donación de órganos.
En 2005 publica el libro autobiográfico "Quiero vivir" escrito por Luis del Val. Comentan que su carácter había cambiado tras la operación, "todo lo veía con más calma, que había dejado de lado la competición, que escucha mejor, dando gracias por haber llegado hasta aquí" y "que sigue en forma, que no está cansado, teniendo decidido retrasar el final" tal y como dice literalmente la letra de la canción "Ahora", tema que incorpora en su trabajo estrenado en 2006 "Cerca de ti" haciendo una gira por América y España bajo el título "Más cerca de ti" desde 2007 hasta la actualidad. En el trabajo van 15 temas compuestos por Enrique Bunbury, Jacobo Calderón, Roberto Livi, Manuel Alejandro y Antonio Martínez Ares, al que acompaña un DVD con sus mejores actuaciones de todos los tiempos. Sus recientes conciertos los hace sin orquesta, con tan sólo un piano y su voz, haciéndolo totalmente íntimo, más cerca del sentimiento y con el sosiego que ahora invade al artista, con esa madurez y tranquilidad que dan los años y todo lo vivido.
En 2008 publica el álbum "Raphael, 50 Años después" donde canta canciones de otros artistas españoles como Alaska, Miguel Bosé, Ana Belén y Víctor Manuel y otros extranjeros como Paul Anka, Vicente Fernández o Armando Manzanero, entre otros a forma de duetos. Y después, en 2009 lo complementa con una gira mundial que durará hasta 2010. En proyectos está para el 2011 hace el musical Cyrano de Bergerac.
Raphael, que siempre decía que él no quería que le llamasen abuelo, que se negaba, ahora lo es. Sus tres hijos están casados, Manuel con la hija del político socialista José Bono, Amelia Bono, Jacobo con la actriz Toni Acosta y Alejandra con Álvaro Arenzana. Y la vida sigue para este artista tan polifacético como grande de la escena, ídolo de masas, histriónico, emotivo y poderoso.
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